Con los días festivos rápidamente acercándose a su final, es probable que haya escuchado la palabra “Garantía” múltiples veces mientras compra o recibe regalos y otros artículos. Aunque el término es ligeramente sobre-usado por vendedores y compradores por igual, su significado permanece desconocido para la mayoría de las personas.
Una garantía es una obligación legal para los fabricantes y para un amplio rango de productos. Los artículos tienen que cumplir con ciertas normas de calidad para asegurar que estos puedan funcionar para lo que fueron creados, y para por lo menos una cantidad específica de tiempo, a partir del momento en que se vendió.
Las garantías dicen que si el producto en cuestión deja de funcionar, el fabricante o el distribuidor se encargarán de reemplazarlo o repararlo sin ningún costo adicional para el usuario. Estos contratos ofrecen cláusulas, sin embargo, y muy a menudo, no cubrirán daños que derivan de un uso inapropiado del artículo o por su desgaste regular.
En términos generales, una garantía es un dispositivo de seguridad para su nuevo artículo. Por ejemplo, si su nuevo aparato electrónico de repente se negase a trabajar para lo que está diseñado, la marca que lo creó tendría que hacerse cargo de las reparaciones o proporcionar un reemplazo. Claro, que el dejar caer su teléfono del décimo piso de su complejo de apartamentos o sumergir su nuevo reproductor en una cubeta de agua fría, no serán razones válidas para pedir el mantenimiento gratuito.
¿Debe usted comprar una extensión de su garantía?
Cuando se venden, la mayoría de los productos de alto valor vendrá con alguna forma de garantía. Normalmente los artículos electrónicos de tecnología se garantizan para que funcionen por lo menos un año, mientras que otros artículos grandes tales como vehículos o electrodomésticos, podrían garantizarse por mucho más tiempo.
Muchas tiendas aún le permiten extender su garantía pagando una cantidad adicional de dinero. Las condiciones de servicio variarán de lugar en lugar, y podrían incluir reparaciones gratuitas, la elegibilidad para un reemplazo, un descuento en partes suplementarias, o la posibilidad de enviar su artículo defectuoso a un taller afiliado, donde en la teoría, se realizarán las reparaciones a un costo más bajo.
Si usted debe o no considerar pagar por una garantía extendida debe principalmente reducirse a su estilo de vida y al uso que usted piensa darle al artículo. La mayoría de los profesionales, por ejemplo, termina cambiando su teléfono personal por uno nuevo todos los años, para mantenerse actualizado con la tecnologías actual y sus tendencias.
En tal caso, pagar por una garantía extendida podría ser un gasto innecesario. Antes de hacerlo, considere y tómese un momento para analizar y planear la vida del artículo que comprara.
Si usted piensa que vale la pena ponerle protección adicional al artículo que está comprando o siente que podría descomponerse fácilmente, el extender la garantía podría ser una buena opción. Los electrónicos, así como los aparatos electrodomésticos y artículos de tecnología, resultan ser difíciles y sumamente caras las reparaciones, si después de todo, este se descompone.
También debe tomarse en cuenta su habilidad para arreglar usted mismo el artículo en cuestión, claro… con el riesgo de incurrir en más daños. Durante la toma de decisión sobre si se compra o no una garantía, debe considerarse si su conocimiento del artículo es bueno, y que usted está seguro que podrá hacer las reparaciones.
Con especialistas que cobran cuotas exorbitantes por una reparación, algunos dueños se han tornado a probar suerte con cautines y destornilladores. Se pueden encontrar en línea partes para la mayoría de los aparatos más comunes. Una vez usted los ha adquirido, un poco de práctica podría ahorrarle una pequeña fortuna.
Cuándo insistir para adquirir una garantía
El escenario en el cual usted se verá más desprotegido contra una estafa, es, claro, cuando compre un artículo usado. Sobre todo si se trata directamente con el dueño anterior, el riesgo de que le vendan un artículo defectuoso es mucho más alto que al comprarlo nuevo.
En estos casos, es necesario el insistir o solicitar una garantía. Un automóvil usado, vendido a un muy bajo costo podrá ser llamativo, pero tener que gastar dinero adicional para arreglar sus problemas en los siguientes seis meses, sería una experiencia desagradable. Lo mismo aplica para aparatos electrodomésticos, electrónicos y la mayoría de otros productos.
El tratar con artículos usados se complica mucho más de lo que parece. Ya que la mercancía se ha visto expuesta al inevitable desgaste diario, la mayoría de los vendedores no se sentirán cómodos de garantizar que funcionara perfectamente.
Leer los términos y condiciones que se deben obedecer antes de finalizar la compra es importante. Los vehículos, por ejemplo, a menudo solo protegerán contra daños a las “partes lubricadas” tales como los componentes que constituyen el motor y sus accesorios. Si falla una luz o el sistema de frenos, esto no será cubierto, y repararlos podrían terminar costando tanto como el mismo automóvil.
Como una regla, sólo compre artículos usados de alguien en quien usted confié. Posiblemente tendrá que pagar un poco más, pero estará seguro de la calidad y durabilidad de lo que está adquiriendo. El referirse a tiendas especializadas que reparan antigüedades o a sitios de comercio-electrónico como Ebay o Amazona, también podría ser mejor, ya que estos sitios normalmente ofrecen planes de protección extensas para sus clientes.
Un asunto de riesgos y recompensas
Finalmente, el comprar una extensión de garantía o insistir en recibir una, es un asunto personal. Tal como lo hace con su automóvil o seguro de salud, usted está invirtiendo dinero para poder evitar tener que pagar más dinero en un futuro.
La garantía que usted estaba tan ávido de extender podría salvarle de un dolor de cabeza, pero existen también la posibilidad de que su artículo electrónico funcione tal como estaba planeado por la cantidad de tiempo que la garantía lo cubra.
Al tomar la decisión de adquirir una garantía o no, es importante tener en cuenta lo siguiente:
1. El costo inicial de su artículo (Este determinará el costo de un reemplazo).
2. Los parámetros de uso (¿Cuánto tiempo necesita o espera que dure? ¿Raramente será usado o a menudo?).
3. El costo promedio para arreglar problemas comunes (por ejemplo; la cantidad de cosas que pueden descomponerse y el costo para arreglarlo, ¿Será mucho más caro?).
Como último consejo, todas las compras deben ser consideradas cuidadosamente, antes de que usted invierta sus ahorros que con tanto esfuerzo se ganó. Todo lo que está hecho por el hombre eventualmente se descompondrá en un futuro, y la probabilidad de tener que buscar dinero adicional para repararlo o el reemplazarlo, es seguro, simplemente es cuestión de “cuando sucederá”. Es importante que siempre considere cuidadosamente si la compra es necesaria, si cuenta con los fondos para mantenerlo, y si el precio es correcto. Recuerde, la mejor manera de ahorrar dinero es resistirse el impulso de gastarlo.