Siempre ocurren acontecimientos desafortunados cuando menos se lo espera, y por desgracia muchas personas están a menudo totalmente desprevenidas. Ahorrar para emergencias inesperadas es, y debe ser, una máxima prioridad para todos, sin importar cuán grande es su cuenta bancaria. Mantener un fondo de emergencia puede ser la más importante, y quizás la mayor diferencia entre permanecer financieramente estable y hundirse en deudas.
Ya sea que su automóvil necesite frenos nuevos, que su hijo necesita zapatos, que caiga enfermo, que su pareja necesite una costosa intervención dental o usted necesita volar y cruzar todo el país para visitar a un familiar enfermo, un fondo de emergencia pueden salvarle la vida.
Si el día de pago no sucede sino hasta la próxima semana, incluso la más pequeña de las compras puede sumar y provocar un incremento de su deuda. Así como las facturas y otras obligaciones financieras comienzan a acumularse, también lo hacen las tasas de interés en todo el dinero que ha solicitado prestado. Si usted no está preparado, es posible que solicite prestado demasiado dinero y ahogarse en deuda, la cual debe ser pagada de regreso.
La importancia del ahorro
De acuerdo con una encuesta realizada por la Federación de Consumidores de América y El Consejo Americano de Educación para el Ahorro, más de un tercio de los estadounidenses no tienen un fondo de emergencia y, como consecuencia, no tienen fondos suficientes para hacerse cargo de los gastos inesperados.
Un fondo de emergencia no sólo le proporcionará el dinero para pagar los gastos inesperados, sino que también le dará la tranquilidad de saber que usted puede darse el lujo de manejar cualquier emergencia financiera que se le presente. Sin este fondo se verá obligado a depender de una tarjeta de crédito, obtener un préstamo o utilizar sus ahorros para la jubilación, sólo para cubrir los costos. Arremeter contra sus ahorros para la jubilación no es una opción ideal. Aquí le presentamos algunas razones por las que debería comenzar a construir un fondo de emergencia tan pronto como le sea posible:
La pérdida del empleo: Esta es quizás la razón más importante por la cual hay que establecer un fondo para emergencia. Al tener este dinero adicional guardado para pagar por las cosas que ya no puede cubrir sin su sueldo regular, usted puede concentrarse en encontrar otro trabajo en lugar de preocuparse por pagar sus cuentas a corto plazo. El ahorrar por al menos lo suficiente como para cubrir el valor de las facturas y otros gastos es muy recomendable (entre tres a seis meses), pero tenga en cuenta que la duración promedio de desempleo tiende a durar hasta 40 semanas, por lo que es posible que desee guardar un poco más.
Gastos de cuidado de salud: Muchas personas sanas cometen el error de no apartar dinero para gastos médicos mayores, pero una visita a la sala de emergencias pueden causar grave tensión financiera, especialmente si usted no tiene seguro de salud o una póliza de cobertura insuficiente. Incluso si usted tiene cobertura y necesita una cirugía, todavía habría que desembolsar el dinero para cubrir el deducible de la póliza y los co-pagos, los cuales pueden ser costosos.
Gastos dentales significativos: ¿Qué sucede si su hijo tiene una carie que deba rellenarse o si usted necesita colocarse una corona? Sin cobertura dental, es muy poco probable que usted sea capaz de llegar con el dinero suficiente para cubrir el procedimiento.
Emergencias en el cuidado de las mascotas: Los gastos regulares al ser dueño de una mascota por lo general se pueden manejar fácilmente. La compra de alimentos, juguetes y un nuevo collar no lo llevará a la ruina, pero ¿Estaría dispuesto a gastar miles de dólares si su adorada mascota requiere de una cirugía? ¿Qué haría usted si Fido decidió entrar en la basura y comerse una bandeja entera de panecillos de chocolate quemados que usted tiró a la basura? El costo de la atención médica para su peludo amigo puede ser extrema, y no todas las situaciones son predecibles.
Reparaciones de vehículos: Por desgracia, los vehículos parecen siempre descomponerse cuando menos lo esperamos, incluso con un mantenimiento regular. En este ejemplo, muchas personas confían completamente en las tarjetas de crédito. ¿Pero qué si su límite de crédito no es suficiente para cubrir la factura? Dependiendo del año, marca y modelo de su vehículo, las reparaciones puede variar desde un costo razonable hasta lo excesivo.
Reparaciones del hogar: Si bien la mayoría de las personas asumen que los seguros de propiedad cubren los gastos más importantes de la casa, los altos deducibles y exclusiones de cobertura podrían dejarlo esperando por algo que no sucederá y cubriendo esos gastos completamente por su cuenta.
Viajes imprevistos: A nadie le gusta pensar en la enfermedad o la muerte. Sin embargo, un pariente enfermo o una muerte en la familia podrían obligarle a comprar un boleto de avión de último momento para atravesar todo el país, para decirle adiós o para asistir a los servicios funerarios. Un gran gasto de este tipo podría ser puesto en una tarjeta de crédito, pero ¿Por qué acumular cargas de interés si usted tiene una opción?
Gastos funerarios: Un costo promedio de un funeral en Norteamérica oscila entre los $7000 y los $10000, es importante que usted y su pareja tengan cobertura de seguro de vida y ahorros adicionales. Si su ser querido muere sin seguro de vida, será difícil cubrir el costo usted solo. Incluso si su ser querido tenía un seguro de vida, puede que no vea ese dinero durante un período prolongado, por lo que necesitará una fuente cantidad de dinero en efectivo para comenzar a hacer pagos mientras tanto.
Además, el establecer el ahorro designado para emergencias puede ayudarle en gastar para un capricho. Si el dinero es reservado en una cuenta separada, es menos probable que se gaste en un nuevo televisor de 74 pulgadas o en algo frívolo. El ahorrar es algo inteligente, y le impide hacer malas decisiones financieras.
¿Qué cantidad debería tener en un fondo de emergencia?
Usted está trabajando duro para mantener a su familia y la próxima cosa que se entera es que está sin trabajo, o ha ocurrido un accidente o una emergencia médica. ¿Cuánto se debe tener a la mano para asegurarse de que usted y su familia van a estar bien?
La cantidad inicial que se recomienda que usted debe tener a su disposición en un lugar de fácil acceso es de alrededor de $1,000. Esto cubrirá la mayoría de los costos de co-pagos, deducibles por accidentes o gastos menores inesperados. Una vez que tenga su fondo básico en marcha se puede empezar a agregar a él para una mayor seguridad.
“Una gran cantidad de expertos ahora recomiendan que todas las personas mantengan nueve meses de ingresos en una cuenta de emergencia en caso de pérdida del empleo. Las personas suelen estar sin trabajo ahora hasta por nueve meses, y si no tienen ahorros, ellas viven del crédito agregando a su deuda.” — Gail Cunningham, Fundación Nacional de Consejería de Crédito en Washington, D.C.
A medida que comience a ahorrar, mire su presupuesto e ingresos y vea lo que se necesita para vivir durante un mínimo de 3 meses sin ingresos. Una vez que haya alcanzado ese nivel de ahorro, usted puede trabajar en 6 meses y luego 9 meses para el ahorro de sus gastos. Llévelo a cabo en pequeños bloques. Si usted tiene niños, necesitará ahorrar la cantidad máxima que pueda. Si está retirado con un ingreso regular de seguro social y de pensiones de su fondo de retiro, podría ser de tan sólo 3 meses. Así que si usted necesita $3,000 al mes para vivir, entonces debería apuntar de $9,000 a $ 10,000 en su fondo inicial. Puede tomar un par de años de ahorro para alcanzar ese objetivo, pero el tener algo es mejor que no tener nada en una crisis.
La parte importante a recordar es que en este mercado de trabajo, uno no se puede dar el lujo de no ahorrar para emergencias. También es importante recordar que este fondo de emergencia es sólo para emergencias reales y no debe utilizarse para financiar vacaciones, nuevos muebles o inversiones, etc. El dinero está ahí para proteger a su familia cuando suceda lo inesperado.
Cómo crear un fondo de emergencia
Muchas, muchas personas viven de cheque en cheque, lo cual hace parecer desalentador poder ahorrar dinero. Sin embargo, no es imposible, y podría ser la diferencia entre avanzar económicamente o en dirección hacia la bancarrota.
Para comenzar a construir un fondo de emergencia, determine sus metas.
Sus metas pueden establecerse teniendo en cuenta sus ingresos y sus gastos. Como regla general, usted querrá ahorrar el dinero suficiente como para cubrir de tres a seis meses de sus gastos necesarios. Pero algunos sugieren ahorrar el dinero suficiente como para cubrir un año completo de los gastos de mantenimiento, en caso de pérdida del empleo o de alguna emergencia catastrófica.
Cada persona tiene distintas prioridades cuando se trata de ahorrar dinero, así que tiene sentido decidir qué metas de ahorro son los más importantes para usted, por ejemplo, cuánto tiempo se puede esperar para ahorrar hacia sus metas y cuánto quiere apartar cada mes de acuerdo a su presupuesto mensual.
Recuerde que el establecer prioridades significa que usted tendrá que tomar decisiones. Si desea que su enfoque sea ahorrar para la jubilación o la educación de sus hijos, es posible que tenga que ajustar sus metas de ahorro para emergencia.
Al establecer sus metas, céntrese en tener suficiente dinero para cubrir sus gastos, no sólo en sustituir sus ingresos. Usted querrá estar seguro de que sus gastos puedan ser cubiertos en caso de una emergencia. Con el tiempo, usted podrá aumentar sus metas, pero el crear metas pequeñas para comenzar y trabajar para aumentarlas es una gran manera de iniciar.
Recuerde crear expectativas realistas. Cualquier acción que usted tome para comenzar un fondo de emergencia le hará bien, así que no se preocupe por cuánto tiempo va a tomar a sus ahorros para estar al nivel deseado.
El comenzar con una cantidad pequeña es fantástico, pero trate de aumentar lo que está apartando siempre que le sea posible. Por ejemplo, cuando termine de pagar una tarjeta de crédito en la cual estaba haciendo pagos mensuales de $40, empiece a añadir esos $40 que se habría gastado pero ahora en sus ahorros. Todavía tendrá el mismo flujo de dinero, solo que ahora se estará pagando a usted mismo e invertir en su futuro.
A continuación, decida dónde debe mantener sus fondos.
Usted querrá que los fondos estén accesibles, pero no tanto como para incitarle a hacer retiros. Muchas personas prefieren establecer una cuenta de ahorros por separado de sus cuentas corrientes. Ahora con la banca en línea, es fácil transferir fondos de una cuenta a otra, cuando se necesario.
Debido a que usted no ver la cuenta todos los días, usted tendrá menos probabilidades de querer pagar por un par de zapatos nuevos. Además, las cuentas de ahorro estándar tienen tasas de bajo interés, y algunas pueden acumular un poco más de dinero con el tiempo, sobre todo si no se tocan los fondos.
Considere mantener sus fondos de emergencia en una combinación de opciones.
Incluyendo una cuenta de ahorros en línea, bonos de ahorro, y dinero en efectivo, los cuales puedan guardar en una caja de seguridad en el hogar. Si necesita un poco de ayuda con el control de sus impulsos de compra, una cuenta de mercado de dinero permite retiros sólo en ciertas ocasiones.
Para agregar más dinero a sus ahorros, utilice su meta mensual de ahorro como parte de su presupuesto mensual regular.
Establezca una transferencia de dinero automático, de manera que el dinero sea depositado inmediatamente en su cuenta de ahorros cuando le paguen. Las transferencias automáticas asegurarán que el dinero se guarda automáticamente cada mes.
Sólo asegúrese de crear un presupuesto equilibrado para que no esté ahorrando en exceso o demasiado poco. De lo contrario, tendrá que sacar el dinero nuevamente de sus ahorros para pagar facturas de forma regular, lo cual contradice el objetivo.
Revise su progreso regularmente.
Revise su progreso cada mes para ayudarse a cumplir con su plan de ahorro personal y ayudarle a identificar y corregir cualquier problema rápidamente.
Las revisiones regulares, le ayudan a garantizar a mantener el rumbo y ajustar su plan según sea necesario.